México es reconocido como un país micofílico debido al profundo vínculo que diversos pueblos indígenas y comunidades mestizas mantienen con los hongos. Sin embargo, la intensidad y naturaleza de este aprecio varía según factores culturales y ecológicos. Este estudio tuvo como objetivo evaluar el grado de micofilia o micofobia en comunidades wixaritari y mestizas asentadas en distintos tipos de vegetación en el norte de Jalisco y sur de Zacatecas, para identificar los factores que influyen en sus actitudes hacia los hongos. Se realizaron entrevistas semiestructuradas en 10 comunidades, analizando las respuestas de un número representativo de personas a 18 indicadores relacionados con la percepción, uso y valoración de los hongos. Se utilizó una combinación de análisis estadísticos: prueba de chi cuadrada, modelos de probabilidad beta comparados con el Criterio de Información de Akaike (AIC), y un Análisis de Redundancia (RDA) para explorar los factores explicativos más relevantes. Los resultados revelaron una tendencia general hacia la micofilia, aunque con diferencias significativas entre wixaritari y mestizos en más de la mitad de los indicadores. Una comunidad wixarika ubicada en bosque de pino mostró una actitud de micofilia extrema, mientras que una comunidad mestiza en bosque de encino fue mayormente indiferente hacia los hongos. Sorprendentemente, las comunidades no se agruparon claramente por tipo de vegetación ni por grupo cultural, lo que sugiere una compleja interacción entre historia local, aislamiento geográfico y cosmovisión. El modelo más robusto indicó que tanto el grupo cultural como la vegetación explican mejor las actitudes micológicas. El género no resultó ser un factor determinante, dado que hombres y mujeres desempeñan roles similares en el manejo de recursos silvestres. Incluso los hongos tóxicos son valorados y respetados, lo que refleja una relación simbiótica y espiritual con la naturaleza más allá del simple consumo.