En gran parte del África subsahariana, la salud y el bienestar colectivo implican el mantenimiento de la fuerza vital y el equilibrio relacional entre los seres humanos, las cosas, el medio ambiente y los espíritus de los antepasados, lo que exige la labor de agentes especializados en tales mediaciones. Estas conexiones se entienden generalmente en términos religiosos y las diversas formas de relacionarse con los antepasados se clasifican como religiones tradicionales africanas. No es raro que los diversos rituales de contacto con los antepasados se denominen culto, adoración y sacrificio, y que los agentes mediadores de estas relaciones se denominen sacerdotes o sacerdotisas. En el sur de Mozambique también prevalece la noción de que el equilibrio social depende de las buenas relaciones entre los seres humanos y los espíritus, generalmente mediadas por los tinyanga (Granjo, 2009; Vacchiano, 2023). Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros contextos africanos, las prácticas de los tinyanga no se entienden en términos de trabajo religioso, sino como medicina tradicional, con prácticas curativas específicas (Honwana, 1998; 2002; Guerreiro, 2023). Teniendo en cuenta este telón de fondo, la presente comunicacón tratará de investigar las articulaciones y tensiones entre la religión y la medicina tradicional en el sur de Mozambique y los efectos de la categorización de tales prácticas y actores como médicos tradicionales, y no como agentes religiosos.