El biodistrito tiene como objetivo promover la integración entre lo agroalimentario y el territorio para mejorar la calidad de vida de las comunidades. Son espacios geográficos donde agricultores, y otros actores locales realizan acciones conjuntas para fomentar la agricultura ecológica, el turismo rural, la economía circular y el comercio de proximidad. Italia es un referente en Europa en esta iniciativa, surgiendo allí en la década de los 2000 y constituyendo hoy un modelo para otros países. Las entrevistas realizadas en la investigación permitieron identificar al biodistrito como un espacio de confluencia para la búsqueda de soluciones a problemas comunes que afectan a los productores agrícolas y a los habitantes de la comunidad, en pos de un desarrollo sostenible.
En ese sentido, las lecciones a resaltar son: los biodistritos han surgido como propuesta de los actores locales; tienen como objetivo fundamental la salida a dificultades que afectan a los productores y miembros de la comunidad; poseen una legislación que dicta las pautas a seguir y permite establecer estrategias de trabajo y medir los resultados; su fin es la agricultura y desarrollo sostenible construido desde dentro y fundamentalmente con fuerzas y recursos endógenos.
En conclusión, los biodistritos se pueden consideran una solución válida los problemas relacionados con la despoblación, el envejecimiento y los problemas medioambientales; constituyendo un espacio para búsqueda conjunta de alternativas basadas en la sostenibilidad.