De nómadas a sedentarios: los excombatientes de las FARC-EP, Planifican territorios de Paz. Tierra Grata Colombia

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TítuloDe nómadas a sedentarios: los excombatientes de las FARC-EP, Planifican territorios de Paz. Tierra Grata Colombia
Abstract

En Colombia se firmó un Acuerdo de Paz entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) a finales de 2016 (Villarraga, 2013). Al proceso se acogieron según cifras de la Agencia para la reincorporación, en el año 2022, cerca de 14.000 de los integrantes. Para iniciar el proceso de reinserción a la vida civil se generaron 24 asentamientos en el territorio colombiano, preferentemente en zonas rurales, como lugares transitorios para posibilitar el proceso de reincorporación. Los asentamientos en un primer momento fueron denominados Puntos Transitorios de Normalización (PTN) y Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN). Luego, bajo unos criterios de ocupación y consolidación territorial, pasarían a llamarse Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). El objetivo de la comunicación es identificar a los excombatientes de las FARC-EP, quienes pasan de ser nómadas a sedentarios, y quienes vienen desarrollando sus propias viviendas colaborativas, en lugar de seguir viviendo en los tradicionales campamentos móviles.
La metodología está basada en la investigación aplicada, revisando bibliografía, los planes de ordenamiento territorial y legislación vigente. El trabajo de campo se lleva a cabo bajo el método etnográfico, basado en la observación, observación participante y entrevistas semi estructuradas, teniendo como estudio de caso, analizar la iniciativa piloto de vivienda colaborativa, gestada por los Ex combatientes de las FARC-EP, desde su localización Tierra Grata (Cesar).
Al final lo que se busca, es que estas acciones puedan aportar de manera positiva a las comunidades receptoras, convirtiéndolos especialmente en escenarios de reconfiguración de papeles sociales, permitiendo el desarrollo vial, de servicios públicos básicos, entre muchos otros beneficios en lo político y lo social, extrapolando esta experiencia, a las demás ETCR, y la población en general.
Estos asentamientos son el soporte territorial para una permanencia sedentaria de desmovilizados como civiles que reciben servicios sustitutivos y reconciliatorios desde programas de reintegración (Fundación Ideas para la Paz , 2019). Estas figuras territoriales no fueron contempladas en el Acuerdo de Paz, pero los exintegrantes de las FARC-EP las han ido construyendo, por autogestión y autoconstrucción, para ellos y sus familias. Los ETCR, con corte en el 2022, se localizan en unos 430 municipios, un 38% del total de las municipalidades, lo que muestra una significativa dispersión territorial.
Es difícil indagar sobre asentamientos para excombatientes porque este tipo de programas poco se desarrollan, debido a la falta de interés que suele darse en los procesos de paz de construir estrategias territoriales, que permitan a los excombatientes la permanencia en colectivo en centros poblados. Es claro que se prefiere la deserción como una forma de desmovilización, lo que deriva en una dispersión de manera individual de excombatientes.
Con corte en el año 2022 un porcentaje considerable de ETCR se encuentran en conexión urbana con poblaciones preexistentes, y se han convertido en centros poblados atractores y con sus moradores en tránsito a la vida civil en comunidades receptoras. Pese a que persisten conflictos por la tenencia de la tierra, por el grado de precariedad de la infraestructura de los asentamientos, por las difíciles condiciones socioeconómicas y ambientales, se trata de una apuesta a partir del enfoque territorial del Acuerdo de Paz de 2016 que, como dinámica territorial, no se había desarrollado en procesos de paz anteriores.
Los asentamientos para excombatientes (Ospina, 2021), han sido mediáticos por el impacto en los instrumentos de planeación, de ordenamiento del territorio y en las comunidades receptoras, así como por la medida en que el excombatiente ha participado en procesos de Gobierno e incidido en decisiones gubernamentales para su colectivo, en un tránsito a la vida civil.
Como conclusiones se contemplan varios aspectos positivos que estas acciones ha generado:
1º. la reintegración social, que se apoya en programas de salud, educación formal y resolución jurídica de los desmovilizados, además de asistencia psicosocial para construir redes sociales. 2º La reintegración económica a través de subvenciones económicas para educación, vivienda y proyectos productivos, formación para el trabajo.
3º. La reintegración política, como la capacidad de incidir, desde su estatus de civil, en las decisiones para su colectivo, con organizaciones de base solidaria y desde juntas de base comunitaria.
4º. La reintegración comunitaria, que se constituye en programa sustitutivo como reconciliatorio, desde el rol del excombatiente como ciudadano que incide en decisiones para su colectivo.
5º. La reintegración territorial desde un soporte socioespacial y ambiental a través de los asentamientos en posconflicto para excombatientes y sus familias.

Autors
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Lidya Mabel Castillo Sanabria Universidad Rovira y Virgili lidyamabel.castillo@alumni.urv.cat